En el mundo de la construcción y la rehabilitación, la elección del material aislante adecuado es crucial para garantizar la eficiencia energética, el confort y la durabilidad de cualquier edificación. Entre las opciones más populares y con características muy diferenciadas, encontramos la celulosa y el EPS (poliestireno expandido). Ambos cumplen la función de aislar, pero sus propiedades, origen, instalación y sostenibilidad varían significativamente, lo que los hace más apropiados para distintos proyectos y necesidades. Comprender estas diferencias es fundamental para tomar la mejor decisión, especialmente si buscas soluciones de aislamiento en localidades como por ejemplo, los aislamientos térmicos Albacete, Hellín, Villarrobledo, Almansa, Móstoles, Ponteareas, Denia, entre otras poblaciones.
Origen y Composición: La Esencia de Cada Material
La distinción más fundamental entre la celulosa y el EPS radica en su origen y composición.
Celulosa: Este material es un aislante ecológico por excelencia. Se obtiene a partir de fibras de papel reciclado (periódicos, revistas, cartón), trituradas y tratadas con sales de boro para dotarlas de propiedades ignífugas, antifúngicas e insecticidas. Al ser un derivado de materiales celulósicos, es un producto renovable, cuya producción tiene una huella de carbono considerablemente baja. Su proceso de fabricación es de bajo consumo energético, consolidando su perfil como una opción sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
EPS (Poliestireno Expandido): A diferencia de la celulosa, el EPS es un material plástico. Se produce a partir de perlas de poliestireno que se expanden mediante vapor, creando una estructura de celdas cerradas que atrapan el aire. Su origen es petroquímico, derivado del petróleo, lo que le confiere un perfil de sostenibilidad diferente al de la celulosa. Aunque es 100% reciclable y su uso contribuye a la eficiencia energética de los edificios, su materia prima no es renovable.
Propiedades Clave: Más Allá de la Composición
Las diferencias en la composición se traducen en un abanico de propiedades distintas que impactan directamente en su rendimiento como aislantes.
Manejo de la Humedad
- Celulosa: Una de sus grandes ventajas es su capacidad higroscópica, es decir, puede absorber y liberar vapor de agua, actuando como un regulador natural de la humedad dentro de la edificación. Es un material transpirable que ayuda a mantener un ambiente interior más equilibrado y previene problemas de condensación. Sin embargo, su rendimiento puede verse comprometido si se expone a grandes cantidades de agua líquida.
- EPS: El poliestireno expandido se caracteriza por ser una barrera muy eficaz contra el agua. Sus celdas cerradas lo hacen altamente resistente a la humedad y a la absorción de agua, lo que lo convierte en una opción ideal para aplicaciones donde la exposición al agua es una preocupación, como sótanos, cimentaciones o cubiertas planas.
Aislamiento Acústico
- Celulosa: Destaca por sus excelentes propiedades de aislamiento acústico. Su estructura fibrosa y densa es muy eficaz para absorber y disipar el sonido, reduciendo la transmisión de ruidos aéreos y de impacto. Es una opción muy recomendable para mejorar el confort acústico en viviendas, oficinas o locales comerciales.
- EPS: Aunque el EPS proporciona cierto aislamiento acústico, sus propiedades en este ámbito son inferiores a las de la celulosa. Es más eficaz como aislante térmico que como barrera contra el ruido.
Resistencia al Fuego y Durabilidad
Ambos materiales se tratan para mejorar su resistencia al fuego. La celulosa, tratada con sales de boro, carboniza superficialmente sin propagar la llama. El EPS, en su versión ignífuga, tiene aditivos que lo hacen autoextinguible. En cuanto a durabilidad, ambos son muy duraderos si se instalan correctamente y se protegen de factores externos perjudiciales.
Formato de Instalación y Usos Principales
Las características físicas de cada aislante determinan sus métodos de instalación y, por ende, sus aplicaciones más comunes.
- Celulosa: Se aplica principalmente mediante insuflado o proyectado. Esto significa que las fibras sueltas se introducen a presión en cavidades existentes (cámaras de aire, falsos techos, cubiertas) o se proyectan sobre superficies. Este método permite rellenar de forma homogénea cualquier hueco, incluso los más irregulares, eliminando puentes térmicos. Es ideal para la rehabilitación de edificios antiguos y para el aislamiento de áticos y tejados, buscando un confort térmico y acústico superior. Muchas empresas de aislamiento, como ejemplo tenemos las empresas de aislamientos en Ávila, Cuenca, Linares, Teruel, Palencia, entre otras poblaciones, utilizan la celulosa por su versatilidad y eficiencia.
- EPS: Se presenta comúnmente en paneles rígidos, placas o bloques de diferentes densidades y espesores. Su formato rígido lo hace ideal para sistemas de aislamiento por el exterior (SATE), donde se adhiere a la fachada y se reviste, o para el aislamiento de cubiertas planas, suelos radiantes y sótanos, donde se requiere resistencia a la compresión y estabilidad dimensional.
Impacto Ambiental y Sostenibilidad
La sostenibilidad es un factor cada vez más relevante en la elección de materiales.
- Celulosa: Su alta composición de material reciclado, su origen renovable y su proceso de fabricación de bajo consumo energético la posicionan como una opción muy sostenible, con una huella de carbono significativamente menor en comparación con otros aislantes. Contribuye a la economía circular y a la reducción de residuos.
- EPS: Aunque derivado del petróleo, el EPS es 100% reciclable al final de su vida útil y su ligereza reduce el consumo de combustible en el transporte. Su contribución a la eficiencia energética del edificio también reduce las emisiones de CO2 durante su uso. Sin embargo, su origen no renovable lo coloca en una categoría diferente en términos de impacto inicial.
Conclusión
Tanto la celulosa como el EPS son materiales aislantes efectivos que contribuyen a la eficiencia energética de los edificios. La elección entre uno u otro dependerá de las necesidades específicas de cada proyecto.
- La celulosa es la opción preferida para aquellos que buscan un aislante ecológico, transpirable, con excelentes propiedades acústicas y para rellenar cavidades de forma homogénea.
- El EPS es idóneo cuando se requiere alta resistencia a la humedad, resistencia a la compresión y para sistemas de aislamiento exterior (SATE) o cubiertas planas.
Consultar con profesionales del aislamiento que evalúen las particularidades de tu edificación y tus objetivos será clave para determinar cuál de estos materiales ofrece la solución más optimizada y eficiente para tu proyecto.
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